Conozca las medidas adoptadas por la principal agencia de fomento a la investigación básica alemana para luchar contra las desigualdades de género en el sector

Incluso ante los expresivos avances conquistados por los movimientos a favor de la igualdad de género en las últimas décadas, mujeres de todo el mundo aún sufren por la subrepresentación en diferentes ámbitos sociales. En el universo científico no es diferente: de acuerdo con el último relevamiento sobre el tema, realizado por la Unesco, tan solo el 28,8 % de los investigadores del mundo son mujeres.

Además de poner de manifiesto esta desigualdad, el estudio señala la proporción de investigadores e investigadoras en las regiones del mundo, al tiempo que muestra que el agravamiento de la subrepresentación femenina en la ciencia no necesariamente viene de la mano de bajos índices de igualdad social o desarrollo económico. Mientras que América Latina cuenta con un 45,4 % de mujeres empleadas en el sector de investigación y desarrollo (I+D), en Europa Occidental y en América del Norte ese porcentaje es del 32,3%.

Alemania no está muy lejos del promedio mundial. A pesar de ser internacionalmente reconocida por su sistema científico avanzado, la inclusión femenina aún representa un gran desafío. En las más de mil instituciones públicas alemanas de ciencia y desarrollo trabajan aproximadamente 401 000 investigadores, de los cuales tan solo el 28 % son mujeres.

El cuadro se agrava al considerar el desarrollo de la carrera académica. De acuerdo con datos de la Sociedad Alemana de Investigación (DFG), en el 2016 las mujeres representaban el 50,6 % de los graduados en universidades alemanas, pero solo el 23,9 % del cuerpo docente. Entre los profesores con mejores salarios, la proporción femenina era aún inferior: solo el 11,6 %, lo que revela la dificultad de permanencia de mujeres en la carrera científica a largo plazo.

Para la DFG, este desequilibrio significa una pérdida enorme, pues se desperdicia el talento y el potencial de mujeres que podrían contribuir activamente a la prosperidad de la ciencia alemana y a conquistar niveles de excelencia en la investigación que se lleva a cabo en Alemania. Comprometida con la transformación de esta realidad, la organización introdujo, en el año 2002, en la primera sección de su estatuto, la responsabilidad de promover la “igualdad entre hombres y mujeres en la comunidad científica y académica” y, desde entonces, promueve medidas concretas con este objetivo, tanto en sus programas de fomento como en su estructura interna.

Aunque los motivos de que esta disparidad continúe presente en el universo académico sean complejos, la DFG identifica un factor recurrente en Alemania: los obstáculos que impiden a las mujeres compaginar familia y carrera científica. Ante esto, la organización intenta asegurar que temas personales y profesionales afectados por el género de los investigadores no interfieran en su acceso a oportunidades científicas en todos los niveles de la carrera académica —considerando, por ejemplo, períodos dedicados a la crianza de hijos, pausas en la carrera e intervalos de publicaciones al evaluar el desarrollo académico de los aspirantes a programas de fomento—.

“Nuestros principales objetivos para la promoción de la igualdad de oportunidades son: lograr un equilibrio de género en el sistema de investigación, posibilitar que la carrera científica sea compatible con compromisos familiares y hacer de Alemania un lugar más atractivo para la investigación, principalmente para los investigadores calificados en comienzo de carrera”, afirma la Dra. Ines Medved, asesora del sector Equal Opportunities, Research Integrity and Cross-Programme Development de la DFG.

En este aspecto, la organización se compromete a cooperar con los investigadores fomentados, para que logren un equilibrio entre el trabajo de investigación y la familia, ofreciendo recursos extra para la contratación de personal con carga horaria reducida, incluso en cargos de liderazgo, a investigadores suplentes durante licencias maternidad y paternidad y también para el cuidado de los hijos.

Desde el 2006, la DFG también participa en la Iniciativa para la Igualdad de Género en la Investigación junto con las demás principales organizaciones de investigación de Alemania, con el objetivo de discutir y crear soluciones para ampliar la participación de las mujeres en el medio científico. En el 2008, la organización y sus miembros publicaron el documento The DFG’s Research-Oriented Standards on Gender Equality, en el que las instituciones que participan firman el compromiso de implementar cambios estructurales para lograr una política de igualdad de género sustentable en la investigación y en la enseñanza superior. Ese compromiso se actualizó y renovó en el 2017.

De acuerdo con la Dra. Medved, el documento produjo resultados reales. “Un estudio sobre la implementación y el impacto de esas normas concluyó que los estándares de calidad contribuyeron al desarrollo organizacional y a cambios culturales en pro de la igualdad de oportunidades. Junto con otras iniciativas y programas, el documento contribuyó significativamente a una mayor prominencia de la igualdad de género en el sistema científico como un todo”, concluye.

En el 2018, las organizaciones que participaron en la iniciativa se comprometieron a compartir informes cualitativos cada dos años para hacer un seguimiento y discutir las medidas de mayor o menor éxito para la promoción de la igualdad de género en la ciencia.

En la estructura interna de la DFG, además de la creación de un sector responsable de la promoción de la igualdad de oportunidades en la ciencia, una de las mayores prioridades consiste en ampliar la representatividad de las mujeres entre los evaluadores de proyectos y en los órganos decisorios. En el 2017 se trazó la meta de contar con por lo menos un 30 % de mujeres entre los miembros de los órganos estatutarios, lo que ya se logró en la mayor parte de ellos. En el 2018, el Senado y el Comité Ejecutivo de la DFG ya contaban con aproximadamente un 45 % de mujeres en su composición. Para la Dra. Medved, la participación igualitaria de las mujeres en instancias decisorias constituye un valor en sí mismo y no necesita generar resultados, pero en última instancia contribuye a que haya “más justicia, más variedad de perspectivas, menos decisiones unilaterales y a tomar decisiones de mejor calidad”.

Otra preocupación de la DFG es incentivar que más investigadoras presenten propuestas a las instituciones. Entre el 2014 y el 2017 se observó un sutil aumento de la cantidad de mujeres que enviaron proyectos para programas de fomento individuales (del 13,5 % al 19,1 %) y coordinados por la DFG (del 22,2 % al 25,6 %).

De acuerdo con la asesora, uno de los principales desafíos de la organización en los próximos años será conquistar más diversidad en el sistema de investigación y luchar contra los prejuicios intrínsecos del medio. Entre los temas discutidos se encuentran, por ejemplo, denuncias de asedio sexual en el contexto de los proyectos fomentados y prejuicios por edad, discapacidad física y enfermedades crónicas, diferencias étnicas y sociales, religión, procedencia (calidad de inmigrante) y orientación sexual. “En este contexto, somos conscientes de que estos prejuicios están internalizados y, de manera subconsciente e implícita, pueden influir en los procesos de toma de decisión en las organizaciones de fomento, aunque el medio de la ciencia sea idealmente reconocido por su racionalidad y objetividad”, declaró.

A partir del perfeccionamiento y la monitorización más consistente de estas iniciativas, la DFG se propone contribuir cada vez más a la diversidad y a la reducción de la desigualdad de género en la investigación. Actualmente participante del grupo de trabajo sobre género del Global Research Council (GRC), la DFG tendrá la oportunidad de discutir el tema y compartir informaciones con organizaciones de fomento de diversos países durante el encuentro anual del GRC, que tendrá lugar en el mes de mayo, en São Paulo.