Reunión de la SBPC en Maceió discute perspectivas para la ciencia brasileña

De izquierda a derecha: representante del FINEP, presidenta del CONFAP, representante de la SBPC y presidente del CNPq

De izquierda a derecha: representante del FINEP, presidenta del CONFAP, representante de la SBPC y presidente del CNPq

© DFG

(01/08/2018) Entre los días 22 y 27 de julio, la comunidad científica brasileña se reunió en la Universidad Federal de Alagoas (UFAL), en Maceió, con motivo de la 70.ª Reunión Anual de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC). Representantes de la Oficina de la DFG para América Latina estuvieron presentes en el estand organizado por el Centro Alemán de Ciencia e Innovación São Paulo (DWIH São Paulo), que, además de ser sede de la exposición sobre la Sierra de la Capibara, ofreció información al público acerca de las oportunidades de estudio e investigación en Alemania.

Con una vasta programación científica, el evento también incluyó discusiones sobre la situación de la ciencia brasileña ante la crisis que afecta a las instituciones de fomento y fue una oportunidad para que la DFG se informara acerca del actual escenario y las perspectivas de sus organizaciones asociadas.

En la mesa redonda celebrada en la tarde del día 23, Mario Neto Borges, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), una de las organizaciones asociadas de la DFG, señaló que, a partir de las inversiones destinadas a la ciencia en las últimas décadas, Brasil logró aumentar significativamente su producción, con lo que conquistó el 13.º puesto en los rankings internacionales en este rubro.

“En el 2017, superamos la marca de 20 000 doctores y 40 000 magísteres formados capaces de producir artículos científicos en cantidades que ubicaran a Brasil en una muy buena posición. Pero no logramos avanzar con respecto a la producción de conocimiento y a la generación de riquezas, o sea, en innovación”, declaró Borges, para quien, a pesar de que Brasil conquistó algunas posiciones en los últimos años, aún ocupa el 64.º puesto en el ranking internacional de innovación. Atribuye la mala colocación a tres factores: la baja integración entre la academia y el sector empresarial, la burocracia y la falta de recursos que apalanquen el sistema.

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“Brasil mantiene el 1 % del Producto Interno Bruto (PIB) en inversiones en ciencia, tecnología e innovación. Sabemos que, en épocas de crisis, este sector es el primero que sufre recortes. La ciencia no es entendida como inversión. Solo a partir de ella y de la innovación seremos capaces de generar riquezas, revertirlas a la sociedad y conquistar la soberanía”, afirmó.

Zaíra Turchi, presidenta del Conselho Nacional das Fundações Estaduais de Amparo à Pesquisa [Consejo Nacional de las Fundaciones de Amparo a la Investigación de los Estados Brasileños - CONFAP] destacó que, además del fomento a nivel federal, tal como lo hace el CNPq, también es importante garantizar la regularidad en el traspaso de recursos de los estados a las Fundaciones de Amparo (FAP). Actualmente, muchas de las fundaciones no han logrado cumplir con el pago de becas y fomento a proyectos debido a la irregularidad de los recursos, como en el caso de la Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de Río de Janeiro (FAPERJ), también asociada de la DFG.

De acuerdo con Turchi, una medida esencial para la mejora de este cuadro sería la definición de un porcentaje obligatorio de inversión en investigación y desarrollo en las legislaciones de los estados, a semejanza del exitoso modelo de la FAPESP, fundación asociada de la DFG en el estado de São Paulo, que está asegurada constitucionalmente desde el año 1989 con el traspaso del 1 % de los ingresos de dicho estado en el sistema de duodécimos (cuotas mensuales que garantizan la seguridad del pago de los fomentos y la planificación de proyectos futuros).

“Es muy importante que existan las FAP, pues son muy significativas para el avance de la ciencia en la esfera local. Actualmente estamos en prácticamente todos los estados brasileños y esto es resultado de la lucha y del compromiso de largos años de los científicos de todo Brasil”, declaró la presidenta. Hoy por hoy solo el estado de Roraima aún no cuenta con una fundación.

Al final de la sesión, el público tuvo la oportunidad de realizar intervenciones y reivindicar medidas más firmes para el aumento de recursos para la ciencia, así como el cumplimiento del pago de las becas ya concedidas.