Los desafíos para las universidades delante de la "Iniciativa de Excelencia" en Alemania

La DFG presentó en la Universidad de São Paulo el programa alemán y los desafíos y resultados de la iniciativa para universidades en Alemania

(de izq. a der.) Vahan Agopyan (USP), Kathrin Winkler (DFG), Oliver Wiegner (DFG) y Klaus Wehrberger (DFG) en la mesa de apertura del evento

© USP/Aucani

(27/11/2017) Luego de que la Capes divulgue la llamada del programa PRINT de internacionalización, las instituciones de educación superior e investigación determinadas a competir por el fomento, están comenzando a preparar sus propuestas. Conforme planeado por la Capes, la llamada es un primer paso en dirección de una estrategia para promover la excelencia en las universidades brasileras. Frente al interés en conocer mejor el programa alemán y la experiencia de la DFG con la Iniciativa de Excelencia, se realizó el workshop “Germany and the Academic Excellence Initiative” en conjunto con la Universidad de São Paulo (USP). Allí, durante la mañana del día 17 de noviembre, se reunieron cerca de 65 profesores e investigadores, entre ellos directores de institutos y facultades de la universidad, que asistieron a las conferencias del Dr. Klaus Wehrberger, vicedirector del Departamento de Programas Coordinados e Infraestructura de la DFG, y del Dr. Oliver Wiegner, director de Programas y coordinador de la Iniciativa de Excelencia de la DFG.

“Es un placer tenerlos aquí para compartir con nosotros un poco de la experiencia de la DFG en este asunto. Espero que este workshop pueda fortalecer nuestras ideas y nos ayude a escribir nuestra propuesta”, declaró Vahan Agopyan, vicerrector de la USP durante la apertura del workshop.

Wehrberger y Wiegner estuvieron directamente involucrados en la ejecución del programa en Alemania y pudieron acompañar más que apenas el proceso de candidatura, disputa y selección de las universidades alemanas: “A lo largo de los diez años de duración del programa, también pudimos observar de cerca los desafíos enfrentados por las universidades candidatas y las transformaciones generadas dentro de las instituciones”, relataron. Según Wiegner, un desafío que talvez haya sido subestimado por la DFG es la gobernanza de cada universidad, incluyendo cuestiones estructurales organizativas. “Insertar un proyecto de esta dimensión dentro de una institución puede ser un proceso difícil y requiere un liderazgo fuerte dentro de la universidad. Los clústeres y graduate schools creados, necesitaban ser administrados y los científicos saben gerenciar muy bien sus investigaciones, pero muchos no tienen experiencia en gestionar grandes consorcios, contratar personas, administrar el dinero, hacer manutención de la estructura creada”, dijo. Una consecuencia fue que las universidades desarrollaron diferentes tipos de gestión, algunos más democráticos y participativos y otros más verticales y autoritarios.

Al mismo tiempo, la Iniciativa de Excelencia alemana acabó por incentivar a que las universidades cambien sus marcos regulatorios, facilitando algunos procesos que antes eran extremadamente burocráticos y demorados. Wehrberger relató que la universidad tuvo que adaptar su agenda, ritmo y modo de funcionamiento porque había una competencia y los proyectos de la Iniciativa de Excelencia tenían sus metas específicas, reglas internas y precisaban desarrollarse rápidamente. “Un reclutamiento rápido era importante porque si usted tiene apenas cinco años de fomento y necesita de casi tres años para conseguir contratar nuevos docentes e investigadores, es imposible desarrollar su proyecto a tiempo”, explicó. Otro ejemplo fue la facilitación y regulación de colaboradores con otras universidades y socios no-universitarios, lo que fortaleció las colaboraciones interdisciplinarias.

Klaus Wehrberger, vice-director del Departamento de Programas Coordinados e Infraestructura de la DFG, presentó el concepto, historia y resultados de la Iniciativa de Excelencia

© DFG

El evento se llevó a cabo apenas una semana después de que la Capes lanzó la llamada PRINT, una iniciativa que complementará los esfuerzos del futuro programa de excelencia brasilero en ampliar el desempeño de la investigación brasilera en el contexto internacional. Publicado el 10 de noviembre, el concurso propone que cada universidad elabore su propio proyecto de internacionalización, buscando ampliar el desempeño de la investigación y de postgrado. A pesar de que la Iniciativa de Excelencia en Alemania no posee ninguna línea de fomento dedicada a la internacionalización, Wiegner enfatizó que aún así, ha sido muy efectiva en tornar más internacionales a las universidades alemanas. Para atraer investigadores de alto nivel del mundo entero y adquirir competitividad internacional, el programa incentivó a que las universidades se tornen bilingües. “Hace quince años, una universidad alemana y su administración, hablaba solo alemán y eso cambió considerablemente”, comentó. Entre las medidas tomadas, listó el aumento de la oferta de programas internacionales, que posibilitaron que las clases sean dictadas en inglés y la creación de centros de bienvenida, que hoy ofrecen a los investigadores del exterior, todo el soporte necesario para una estadía confortable: ayuda con visas y burocracia laboral; apoyo para encontrar vivienda, escuela para los hijos y recolocación del cónyuge en el mercado de trabajo.

Al fin de las presentaciones, el público presente tuvo la oportunidad de realizarle preguntas a los oradores. “Si las universidades seleccionadas en el programa obtuvieran el título de excelentes, aquellas que no fueron contempladas, se tornarán no-excelentes. ¿Cómo fue tratar con esta diferenciación?, preguntó el Prof. Carlos Carlotti, pro-rector de postgrado de la USP. Wehrberger admitió que el programa creó vencedores y perdedores y que fue difícil para las universidades enfrentar eso, pero destacó: “El escenario de investigación alemán es más diverso que apenas aquellos proyectos fomentados por la iniciativa, por eso la DFG no sólo mantiene todos sus programas de fomento regulares, así como también ha incrementado su presupuesto anualmente”.

En el cierre del evento, el vicerrector Agopyan se mostró positivo con respecto al nuevo programa brasilero. “Aquí en Brasil, muchos piensan que ese modelo le da privilegios a un número muy pequeño de universidades o de grupos de investigación, lo que no es cierto. Identifico muchos aspectos positivos que esta iniciativa traerá para las universidades: no solo nuevos instrumentos, pero nuevas referencias y transformaciones estructurales importantes para todo el sistema”, concluyó.

Este primer simposio en conjunto entre la USP y la Oficina de la DFG para América Latina fue el preludio de una serie de actividades a futuro. Ambas instituciones planean intensificar la cooperación a través de la promoción de más eventos de naturaleza científica e informativa, como oficinas estratégicas con la participación de científicos alemanes. Investigadores de la USP y de todo el estado de São Paulo tienen acceso a la amplia oferta de programas de fomento para proyectos de investigaciones bilaterales (entre investigadores brasileros y alemanes) ofrecida por la DFG en conjunto con la FAPESP, una de sus organizaciones asociadas. Las posibilidades incluyen desde instrumentos para la iniciación de cooperación científica, hasta financiamiento bilateral para proyectos individuales y grupos de investigación. En el último año, la DFG y la FAPESP ampliaron y mejoraron cada vez más las oportunidades de financiamiento y el proceso de evaluación conjunto.